jueves, 31 de marzo de 2011

Os propongo una lectura diferente, una lectura "gestáltica"

Os propongo algo, hay un montón de textos que a mí me han movilizado, ayudado, sacudido, conmovido... y que me gustaría compartir con vosotros/as.

La propuesta "diferente" es la siguiente: leer y después dedicar, dedicarte a ti mismo/a,  unos minutos para reflexionar, para mirar alguno de estos aspectos:

¿Cómo me deja esta lectura? ¿Qué me pasa?
¿Qué me mueve? ¿Qué se me mueve por dentro? ¿Qué emociones vienen?
¿Qué me aporta a mí? ¿En mi vida, aquí y ahora?
¿Qué me pasa cuando leo algunas de estas palabras? ¿Puedo ver qué se me mueve? ¿Cómo me siento? ¿Cómo siento ahora mi cuerpo?
¿Dónde me transporta esta lectura?...

Y si alguien quiere compartir ¡genial¡,  y si no ¡bienvenido sea lo que venga¡

¡¿Qué os parece la propuesta?¡¡empezamos¡¡


Lectura “gestáltica” I:

“…con bastante frecuencia el cuerpo reacciona con enfermedades al menosprecio constante de sus funciones vitales.
…el conflicto entre lo que sentimos y sabemos, porque esta almacenado en nuestro cuerpo, es lo que nos gustaría sentir para cumplir con las normas morales que muy tempranamente interiorizamos…
Un niño cuando nace, necesita el amor de sus padres, es decir, necesita que éstos le den sui afecto, su atención, su protección, su cariño, sus cuidados y su disposición a comunicarse con él. Equipado para la vida con estas virtudes, el cuerpo conserva un buen recuerdo y, más adelante, el adulto podrá dar a sus hijos el mismo amor. Pero cuando todo esto falta, el que entonces era un niño mantiene de por vida el anhelo de satisfacer sus primeras funciones vitales; un anhelo que de adulto proyectara sobre otras personas. Por otra parte, cuanto menos amor haya recibido el niño, cuanto más ese le haya negado y maltratado con el pretexto de la educación, mas dependerá una vez sea adulto. De sus padres o de figuras sustitutas, de quienes  esperara todo aquello que sus progenitores no le dieron de pequeño, Esta es la reacción natural de cuerpo. El cuerpo sabe de qué carece, no puede olvidar las privaciones, el agujero está ahí y espera ser llenado. …”

¿Cómo va? Si estas cansado/a? déjalo aquí, y mira a ver, si no lo estas y te apetece un poquito mas continúa leyendo…

“…Pero cuanto mayor se es, más difícil es obtener de otros el amor que tiempo atrás no se recibió de los padres. No obstante, las expectativas no desaparecen con la edad, todo lo contrario Las proyectamos sobre otras personas principalmente nuestros hijos y netos, a no ser que tomemos consciencia de este mecanismo e intentemos reconocer la realidad de nuestra infancia lo más a fondo posible acabando con la regresión y la negación.
Entonces descubriremos en nosotros mismos a la persona que puede llenar esas necesidades que desde nuestro nacimiento, o incluso antes, esperaban ser satisfechas; podremos darnos a nosotros mismos la atención, el respeto, la comprensión de nuestras emociones, la protección necesaria y el amor incondicional que nuestros padres nos negaron.
Para que esto suceda, necesitamos experimentar el amor hacia ese niño que fuimos; de otro modo, no sabremos donde esta ese amor. Si queremos aprender esto en las terapias, necesitamos dar con personas capaces de aceptarnos tal como somos, de proporcionarnos la protección, el respeto, la simpatía y la compañía que necesitamos para entender cómo hemos sido, cómo somos.
…durante el proceso*, podemos liberarnos de los síntomas, curar la depresión y ver como aumentan nuestras ganas de vivir, salir del estado de agotamiento y sentir que nuestra energía crece en cuanto dejemos de necesitarla para reprimir nuestra verdad. El cansancio típico de la depresión aparece cada vez que reprimimos nuestras emociones intensas, cuando minimizamos los recuerdos del cuerpo y no queremos prestarles atención…”

De Alice Miller “El cuerpo nunca miente”

*Proceso terapéutico

martes, 22 de marzo de 2011

Mi maestro Paco Peñarrubia, gracias

"Ser terapeuta es tan difícil y arriesgado
como ser persona." 
Paco Peñarrubia





PRECEPTOS BÁSICOS DE LA TERAPIA GESTALT
Fritz Perls arremetía contra el moralismo impuesto desde fuera, no contra aquel que podríamos llamar organísmico o intrínseco: "Existe la moralidad del organismo. Bueno y malo son respuestas del organismo. Pero por desgracia la "etiqueta bueno o malo" es luego proyectada al estímulo; entonces, aisladas y fuera de contexto, estas etiquetas se organizan en códigos de conducta, sistemas morales, a menudo legalizados y conectados con creencias religiosas" .

Desde este punto de vista cabe hablar de preceptos gestálticos, de mandatos morales sobre la conveniencia de ciertas actitudes ante la vida y la experiencia, lo que Naranjo denomina una "moralidad más allá del bien y del mal", sin juicios de valor, autojustificaciones, racionalización de necesidades y sutiles manipulaciones en forma de consejo sobre lo que se debe o no hacer.

Estos imperativos o preceptos traslucen la filosofía de la gestalt:
"He aquí algunos mandatos que podrían dar una noción impresionista del estilo de vida que conllevan:
1.-Vive ahora, es decir, preocúpate del presente más que del pasado o del futuro.
2.-Vive aquí: relaciónate más con lo presente que con lo ausente.
3.-Deja de imaginar: experimenta lo real.
4.-Abandona los pensamientos innecesarios; más bien siente y observa.
5.-Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
6.-Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer; no restinjas tu percatarte.
7.-No aceptes ningún otro "debería o tendría" más que el tuyo propio: no adores a ningún ídolo.
8.-Responsabilízate plenamente de tus acciones , sentimientos y pensamientos.
9.-Acepta ser como eres" (Naranjo. 1990. Pag. 21)
y a su vez podrían resumirse en estos tres principios:
1.-Valoración de la actualidad temporal (el presente vs. el pasado o el futuro), espacial (lo presente vs. lo ausente) y sustancial (el acto vs. el símbolo).
2.-Valoración de la atención y aceptación de la experiencia.
3.-Valoración de la responsabilidad.
Si tomamos estos principios por lo que son: declaraciones de una verdad y no declaraciones de un deber (Naranjo), podemos entender que la filosofía gestáltica es una filosofía de lo obvio, como diría Fritz Perls; en efecto, el presente, la experiencia y la responsabilidad son realidades obvias.
-el presente: nada ocurre sino ahora, el pasado ya no existe y el futuro aún no es. La situación terapeútica sólo es posible en esta actualidad temporal (AHORA) y espacial (AQUI). Esta filosofía del aquí y ahora, que la gestalt comparte con las disciplinas espirituales de Oriente y con los grupos de encuentro occidentales, contrasta fuertemente con el pensamiento freudiano (orientado a la rememoración de la infancia y cargado de aspectos transferenciales),
-la atención y aceptación de la experiencia van ligadas a esta vivencia del presente.
-la responsabilidad no es un deber, es un hecho. Somos responsables de nosotros mismos queramoslo o no. La Terapia Gestalt acentúa la conciencia de esta realidad con una permanente invitación a que la persona se responsabilice de lo que está haciendo, sintiendo, evitando o negando, deseando, inhibiendo, etc.

...Estas actitudes las trasluce el terapeuta en sus procedimientos, sin necesidad de explicación, como el artista a través de su obra y no a través de una teoría."
Paco Peñarrubia
Director de la Escuela Madrileña de Terapia Gestalt

domingo, 20 de marzo de 2011

Mi espacio terapéutico

Un espacio de encuentro conmigo misma y con el/la otro/a,  de crecimiento, de sostén, de parar, de contactar, de soltar, de retirarse, de acompañamiento, de mirar, de respirar, un lugar de permiso,…





miércoles, 16 de marzo de 2011

Gestalt (de Pedro de Casso)

... El objetivo fundamental de la T.G., en cualquiera de sus modalidades, consiste en ayudar al paciente a descubrir en sí mismo los recursos que necesita para contribuir a su propio desarrollo. “La terapia –decía Perls- consiste en pasar de la necesidad de apoyarse en otro a la capacidad de apoyarse en sí mismo”. Y ésta sigue siendo la mira de quienes seguimos la huella de Fritz Perls en la práctica del arte terapéutico que nos dejó como legado.
Pedro de Casso
Enero 2010 (articulo completo en la Página Acerca de la Gestalt)

Fritz Perls

Yo soy yo, Tú eres Tú
Tú haces lo Tuyo, Yo hago lo Mío
Yo no vine a este mundo para vivir
de acuerdo a tus expectativas
Tú no viniste a este mundo para vivir
de acuerdo con mis expectativas
Yo hago mi vida, Tú haces la tuya
si coincidimos, será maravilloso
si no, no hay nada que hacer.

Fritz S. Perls (1893-1970)

La terapia Gestalt, fue desarrollada después de la Segunda Guerra Mundial por Fritz Perls y su esposa Laura. Fritz consideró que la raíz de los trastornos psicológicos podía estar en la incapacidad de las personas de integrar exitosa y acertadamente las partes de su personalidad en un todo saludable.

Perls era psicoanalista, pero ciertas discrepancias con los métodos y teorías freudianos lo llevaron a crear su propia línea terapéutica. Las fuentes de su método pueden encontrarse en Karen Horney y Wilhelm Reich, el existencialismo (Martin Buber y Paul Tillich) y la fenomenología (Edmund Hüsserl), de donde tomó las ideas de "libertad" y "responsabilidad", la de la inmediatez de la experiencia y la del papel del individuo en la búsqueda del significado de su vida.

Aplicó los principios de la psicología gestáltica al postular que las personas emocionalmente saludables organizan su campo de experiencia en necesidades bien definidas que les sirven de referencia a la hora de organizar su conducta. Las personalidades neuróticas interfieren con la conformación de la gestalt apropiada y no llega a adecuarlas con sus necesidades.

Perls, consideró que la raíz de los trastornos psicológicos podía estar en la incapacidad de las personas de integrar exitosa y acertadamente las partes de su personalidad en un todo saludable. En la terapia el terapeuta anima al cliente a vivenciar sus emociones y reconocerlas por lo que son en realidad a través de la percepción ingenua y la experiencia inmediata.

Fritz tuvo una experiencia de kibutz en Israel que lo llevó a renovarse a sí mismo y así llegó a Esalen a California, donde creó la escuela y el estilo actual de la terapia Gestalt que pretende resolver los conflictos y ambigüedades que provienen de la dificultad para integrar las configuraciones de la personalidad. Su papel es lograr que el sujeto de terapia se haga consciente de sus sensaciones significativas hacia sí mismo y hacia su entorno, de suerte que pueda responder plena y razonablemente a cualquier situación. La clave es enfocarse en el "aquí y ahora", no en las experiencias del pasado, y una vez situados en el "aquí y ahora" puede enfrentar conflictos pasados o asuntos inconclusos –las llamadas gestaltes inconclusas, o cosas sin llevar realmente a término, desde funciones muy elementales a cierre de ciclos-. Tiene una particularidad esta terapia, y es que funciona mejor, pero mucho mejor en grupos.

Las bases de la Gestalt son el aquí y el ahora, lo obvio y la toma de consciencia ("darse cuenta") de lo que hacemos realmente en nuestras vidas, cómo lo hacemos y qué es lo que queremos o necesitamos en realidad (y cómo podemos conseguirlo).

La propuesta de que todo lo que percibimos es el resultado de procesos organizadores, de carácter no innato, y por tanto la realidad que nos rodea no es absolutamente determinante, nos hace dueños de la libertad de percibir infinidad de realidades alternativas alterando controladamente los principios organizadores de nuestra consciencia.

Al igual que en otras terapias humanistas, la Terapia Gestalt es un enfoque holístico de la experiencia humana, asume la tendencia innata a la salud, la integridad y la plena realización de las potencialidades latentes, promueve la propia responsabilidad de los procesos en curso y conciencia sobre las propias necesidades y su satisfacción.

Esta terapia moviliza el pasado vivido por cada uno y establece un contacto con el presente y un intercambio favorable con el entorno.

Utiliza técnicas vivenciales, el experimento y el laboratorio. Antepone la espontaneidad al control; la vivencia, a la evitación de lo molesto y doloroso; el sentir, a la racionalización; la comprensión global de los procesos, a la dicotomía de los aparentes opuestos.

La Terapia Gestalt también puede considerar una filosofía de vida en la cual, la persona asume los valores de auto-respeto, auto- responsabilidad sobre todo lo que siente, piensa y hace; honestidad y desarrollo con los pies bien firmes en la tierra, relacionándose con los demás y con su entorno de forma abierta y madura.

Cuentos sufies de Nasrudin

"Muy tarde por la noche Nasrudin se encuentra dando vueltas alrededor de una farola, mirando hacia abajo. Pasa por allí un vecino.

- ¿Qué estás haciendo Nasrudín, has perdido alguna cosa?- le pregunta.
- Sí, estoy buscando mi llave.
El vecino se queda con él para ayudarle a buscar. Después de un rato, pasa una vecina.
-¿Qué estáis haciendo? - les pregunta.
- Estamos buscando la llave de Nasrudín.
Ella también quiere ayudarlos y se pone a buscar.
Luego, otro vecino se une a ellos. Juntos buscan y buscan y buscan. Habiendo buscado durante un largo rato acaban por cansarse. Un vecino pregunta:

- Nasrudín, hemos buscado tu llave durante mucho tiempo, ¿estás seguro de haberla perdido en este lugar?
- No, dice Nasrudín
- ¿dónde la perdiste, pues?
- Allí, en mi casa.
- Entonces, ¿por qué la estamos buscando aquí?
- Pues porque aquí hay más luz y mi casa está muy oscura. "

lunes, 14 de marzo de 2011

Guayasamín


Su padre era indio y su madre mestiza. Y él nació el 6 de julio de 1919 como el mayor de 10 hermanos en una familia muy pobre: Mi padre era carpintero y taxista, mi madre murió muy joven de tanto trabajar, siempre la recuerdo embarazada. A escondidas de mi padre, a quien temía, copiaba en acuarelas las tarjetas postales y las vendía por unos centavos para pagarme los estudios.

Debe haber sido en el barrio popular de La Tola, en el centro histórico de Quito, donde pasó su niñez, que el joven Oswaldo Guayasamín...

Claudio Naranjo

"Los niños llegan cada vez más emocionalmente dañados al colegio"

Claudio Naranjo estudió medicina, psiquiatría y música y acabó convirtiéndose en un referente mundial en la investigación de la mente humana. Integrador de la sabiduría tradicional y científica, oriental y occidental, y el conocimiento histórico, antropológico, sociológico, psicológico y espiritual del ser humano. Creador del programa SAT, en principio dirigido a profesionales de la psicoterapia y derivado en un programa de transformación individual y social para uso personal y en el ámbito educativo. Autor de más de 20 libros, traducidos a varios idiomas.
"La única salida a esta crisis es la transformación interior":
 La crisis actual ha tambaleado muchos cimientos del sistema y ha acabado revelando algunas de sus muchas fisuras. El comunismo se hundió por sus fallos de funcionamiento pero el capitalismo no parece salir mejor parado. Llevamos siglos cambiando gobiernos, haciendo revoluciones políticas y sociales pero nunca llegamos a buen puerto quizás porque nos olvidamos de las transformaciones más básicas y elementales que tienen lugar en la revolución personal.
Tenemos el mundo que tenemos por el tipo de conciencia que se desarrolla a través de la educación, según Claudio Naranjo. Y si queremos salir de verdad de esta crisis económica, social y humana hemos de superar el ego individualista e iniciar una auténtica transformación interior.
¿La civilización está enferma? ¿De qué?
El mal de la civilización es la mente patriarcal. Y no me refiero sólo a la sociedad patriarcal que hace que los machos predominen sobre las mujeres y tengan un acceso más fácil al poder y a la economía. Me refiero a una forma de mentalidad que actualmente ya todos compartimos, hombres, mujeres y niños, contaminados por el mismo virus.
¿A qué nos referimos exactamente, con esa "mentalidad patriarcal"?
A una pasión por la autoridad. Por el ego, el ego patrístico, un complejo de violencia, desmesura, voracidad, conciencia insular y egoísta, insensibilidad y pérdida de contacto con una identidad más profunda.
Hay quien cree que todo esto forma parte de la naturaleza humana y que siempre ha sido así.
Pues no. Hay indicios de la existencia de un pasado matrístico, y aún hoy existen algunas sociedades indígenas de estas características que no funcionan en absoluto con estas directrices y valores que conocemos en la civilización. Esta mente, lejos de ser inherentemente humana, en realidad empezó a gestarse hace sólo unos 6.000 años, cuando, ante una crisis de supervivencia, ciertas poblaciones agrícolas arcaicas indouropeas y semitas tuvieron que volver a hacerse nómadas y acabaron convirtiéndose en comunidades de guerreros depredadores.
¿Y cómo se manifiesta esta mente patriarcal?
En unas relaciones de dominio-sumisión y de paternalismo-dependencia, que interfieren en la capacidad de establecer vínculos adultos solidarios y fraternales. El cerebro patriarcal-racional llama a la competencia, mientras que el femenino llama a la cooperación. Esta dependencia y obediencia compulsiva (a los gobiernos y al poder en general) no sólo son enajenadoras para el individuo sino que constituyen distorsiones, falsificaciones y caricaturas del amor.
Pero las cosas pueden ser de otra manera. Usted dice que, en realidad, somos seres "tricerebrados".
Efectivamente. En un lenguaje anatómico, poseemos un cerebro instintivo, que compartimos con todos los reptiles; emocional, como el resto de los mamíferos, y el racional, que es el último que se ha desarrollado y, sin embargo, ha acabado imponiéndose a los otros dos. Es como si en nuestro interior lleváramos a tres personas: una de tipo intelectual-normativo, que sería el padre; una persona emocional, que representa el principio del amor, que es la madre, y una instintiva, que sería el niño. Pues bien, en la sociedad actual, lo que denominamos la civilización, predomina el cerebro racional y tiene lugar el imperialismo de la razón sobre lo emocional y lo instintivo.
Pero esta razón que impera, ¿es realmente racional o más bien irracional?
Ahí has dado en el clavo, porque en realidad no es racional ni inteligente, desde el punto de vista de los resultados en el bienestar social y personal. Ha corrompido conceptos como la inteligencia, la eficacia o la racionalidad misma. Es una mente rígida, aislada, autoritaria y normativa que busca resultados y ganancias a corto plazo, pero ganancias desde el punto de vista competitivo, materialista o consumista, no en cuanto al bienestar profundo, desarrollo personal o convivencia con el medio. Y, en consecuencia, toda la educación está sujeta a este paradigma racionalista.
Que se manifiesta en.
En considerar la educación un mero traspaso de información, alejado de objetivos como el autoconocimiento, que debería ser prioritario. Y así vemos cosas en la escuela como que un niño o una niña llora y le llaman la atención.
Y si se ríe le echan de clase.
Las emociones están prohibidas. Y lo instintivo aún más. Y sin embargo, para que la persona esté sana en una sociedad sana sería preciso el equilibrio entre los tres cerebros. Armonizar los binomios competencia/colaboración, agresión/ternura. Desarrollar una sana agresión en vez de la agresividad depredadora imperante. Y sobre todo desarrollar la capacidad amatoria, la ternura.
¿Estamos en el camino? Usted habla del ocaso del patriarcado.
Por una parte, vemos que el autoritarismo en las familias disminuye y también el de los gobiernos. Pero han cogido el poder las empresas y su control en la sombra es enorme. Pero quizás sí, podemos decir que la nave se está hundiendo pero la gente está más ocupada en mantener el estatus que en salvarse; en defender lo poco que les queda, aunque se haya visto lo poco que vale, que en la transformación, en dejarlo todo y empezar a construir de cero.
Por eso insiste usted tanto en la importancia de la educación.
Claro, porque es más fácil prevenir que curar. Hemos de prevenir la destrucción de la mente. La educación actual cuenta con una agenda implícita que requiere que los niños sean igualitos a los papás, cuando los papás son el problema. Decimos que la educación es para transmitir nuestros valores y no nos damos cuenta de que estamos transmitiendo nuestras plagas.
¿Y esto es responsabilidad de la escuela, de la familia, de los medios?
De las autoridades en todos estos ámbitos, desde los profesores quemados hasta la misma opinión pública. Los padres aspiran a que sus hijos triunfen en este mundo de competencia económica, no importa que también sea un mundo de pobreza creciente mientras que no les toque a ellos. Prefieren la educación que sirve como una máquina de certificación. No les interesa educar sino servir al mundo del trabajo. Insisten en que desean el bien de los hijos pero en realidad no les interesa el bien de los hijos más que como eficacia en los negocios. Tenemos el mundo que tenemos por el tipo de conciencia que se desarrolla a través de la educación, que es una educación implícitamente explotadora.
Es usted muy crítico con la educación y muy en especial con los educadores.
Porque no considero educación el mero traspaso de información, como una forma más de producción, de formación y explotación de nuevos trabajadores, que es en lo que consiste la escuela actual. Debemos volver a las raíces de la educación como autoconocimiento, en la búsqueda de ese "conócete a ti mismo" de Sócrates. Al autoconocimiento transformador que posibilite el cambio.
Sin embargo, hay algunas iniciativas educativas diferentes, como por ejemplo las escuelas internacionales de Krishnamurti.
Sí, pero aún esas escuelas llegan hasta el debate, y eso está bien, porque por lo menos te da la oportunidad de aprender a pensar por ti mismo. Pero el debate en sí no transforma nada. Hay que integrar procesos de autoconocimiento transformador.
La transformación individual para transformar y sanar la civilización.
No hay cambio posible sin pasar por el autoconocimiento individual. Siglos y siglos de cambios sociales y políticos han fracasado porque han pasado por alto el cambio de las personas. Sólo podemos sanar el tejido a través de las células, las personas. Y para eso tenemos que sembrar la semilla en la escuela. Pero ha de ser una nueva escuela que tenga en cuenta los tres aspectos de las personas: el conocimiento, la salud amorosa y la salud instintiva.
Suena diferente.
Pero necesario, si queremos transformar las cosas de verdad. El otro día me invitaron a dar una conferencia en una universidad, y antes de empezar me pidieron que evitara los temas espirituales y los psicológicos y me limitara a la pedagogía. Chocante. La educación se resiste a integrar lo transcendental-espiritual y lo terapéutico y sigue considerándolo un campo ajeno porque, de lo contrario, complicaría las cosas. Y es cierto, las complicaría un poco, porque significaría permitir que las personas piensen por sí mismas. Así que no se asume el riesgo. Claro que no se calcula el precio.
¿Y cuál es el precio?
La infelicidad colectiva.
¿Y qué podemos hacer?
En primer lugar, reconocer que es un hecho que los niños llegan cada vez más emocionalmente dañados al colegio. En muchos casos los padres están ausentes de la educación de los hijos. Escasea el tiempo libre y casi no se disfruta del ocio, y mucho menos compartido en familia. Y sin embargo, el ocio está ligado al crecimiento y al espíritu, ya que te ofrece la oportunidad de estar contigo mismo.

¿Qué más?
Reconocemos también que están faltos de amor y de esa parte del saber, no científico, la sabiduría que nos permite tomar buenas decisiones en la vida. Decisiones que nos conduzcan de verdad a ser más felices.
¿La escuela tiene que ocuparse de todo esto?
Sí, la escuela tiene que incorporar ese aspecto humanizante. Revelar la insatisfacción latente y canalizarla. No sólo para sacar a flote este sistema económico en crisis sino por el coste personal y de sufrimiento.
¿A qué se refiere con revelar la insatisfacción?
Porque detrás de toda búsqueda hay una insatisfacción y si queremos iniciar una búsqueda personal hacia el autoconocimiento y la transformación debemos ser conscientes primero de que este estado de cosas no nos satisface. La insatisfacción está ahí, bien latente y bien visible, lo que pasa es que el consumismo nos da respuestas del tipo: cómprate un coche mejor, cambia de casa, de ciudad, de pareja, de trabajo. Pero no vale la respuesta del consumismo porque la insatisfacción, así, no sólo no se resuelve sino que acabamos haciéndonos adictos a ella, que en realidad es lo que necesita el sistema: que seamos unos obedientes consumistas insatisfechos crónicos. Necesitamos respuestas más profundas que nos lleven a hacer cambios significativos.
Tengo la impresión que tanto en la escuela como en la familia no siempre está bien vista la búsqueda ni la insatisfacción.
Y así es. Porque nuestra cultura no reconoce la búsqueda como un valor sino como un síntoma. Sólo se admite si está en el camino de la ambición profesional, pero si es algo indefinido, que es como tiene que ser la búsqueda en estado puro, enseguida se etiqueta. Dicen "qué persona tan inquieta", y se la ve rara. Si además es muy apasionada, la búsqueda no comprendida ni apoyada se hace dolorosa y acaba en la consulta del psiquiatra. Cabe la posibilidad de que se acabe interpretando como un síntoma esquizofrénico, angustia, etc., cuando en realidad no es más que la insatisfacción natural ante la vida alienada, separada y desestructurada que llevamos.
¿De qué manera podemos actuar desde la familia?
Lo máximo que pueden hacer los padres por sus hijos es ocuparse de su propio desarrollo personal. Que el padre y la madre se desarrollen como personas y sean el ejemplo. Que no aspiren solo a que el hijo o la hija traigan buenas notas a casa. Que tomen conciencia de todo eso que está faltando en la educación y parece que nadie lo nota.
Tomado de: http://www.crecejoven.com/mente/claudio_naranjo/salud.php (Lo destacado es mío. IMH).

Dolores callados…


Muchas veces...
El resfrío “chorrea” cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta “tapona” cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad...